No vengas por mi

Esto me hace sentir soez,
me da un nerviosismo extenso,
un dolor palpable en cada pensamiento,
me hace sentir ajeno.

Y por más que pida a mi cuerpo abandonar,
quiere y quiere seguir,
algo me dice que yo ya no lo domino.

Esto me hace verme incapaz,
como deseoso asesino confinado en soledad,
como animal sin comprensión en su jaula de espejos,
inútil sin saber ahora que viene o que va.

Similar a la vulgaridad me siento,
es excesivo y angustiante vivirlo,
sentir y no poder controlar esta emoción.

Cada vez que pienso en esta sensación,

lo termino por sentir, es decir,

no he superado el que aún pienses en mi.

No he logrado enfrentar el miedo de que vengas por mi,

yo no quiero ir.

Si voy, todo volverá a ser igual, será una catástrofe,

un camino que dirige a un mundo maldito,

lleno de demonios desconocidos que están deseosos de engañarme,

de superar mis habilidades para consumir lo que tengo para los demás,

y dártelo como ofrenda, 

para que crezcas más y más.