Fuera de casa

Visítame,
aquí estoy en compañía de mi ángeles guardianes,
ellos están conmigo, 
no tengás duda de que protegerán el paso de quien busque dañarme.

Los han visto, no son intercambiables,
no son dueños de mi ni yo de ellos,
pero puedo decidir el bien que hacen,
puedo decidir si cambian sus alas por colmillos y pezuñas
y terminar con la vida de quienes me deshacen.

Pero llámame, 
una llamada no pueden esperar,
nadie se ha atrevido a llamarme en años,
en dedicarme su voz porque su cuerpo está en peligro.

Nadie ha decidido enfrentarlos, 
tampoco lo esperarán.

Podés atrarme,
una vez que salga de estas puertas estoy disponible,
descubierto y vulnerable a tus intentos vívidos,
nada pasará si me tratas de desarropar fuera de mis puertas.

Sólo no intentés asesinarme,
porque quien conmigo juega, tiene que terminar su partida,
con quien intenta verme desflorecer, su pérdida más grande
será su voluntad ofrendada a aquellos que me vieron crecer,
porque aquellos se atreverán y reclamarán mi vida,
las manos, la dignidad y los frutos de quién decidió acabar
con mi momentánea estancia física en este lugar fuera de casa.

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