En la obscuridad

Por favor, apaga la luz,
quiero verte.

Haz tu mejor esfuerzo,
y distrae los fotones que me impiden observarte
y atrae los que quieren que te abrace,
apaga la luz.

En la obscuridad me siento a gusto,
y para poder observarte necesito de ella,
porque una vez que te abrace, compartirá conmigo
todos sus pensamientos sobre vos,
sus sentimientos sobre como es tu corteza,
sobre si puedo adentrarme en tus pieles,
romper músculos y probar el calcio de tus huesos.

Porque si no me ves,
sólo una cosa se puede hacer,
es que me sientas bien,
comprendas por donde camino
cuando voy hacia tus palpitares,
que huelas como destrozo tus ideales
para interrumpir tu mente,
con mis ideas más absurdas de lo que es la pasión,
egoísta tal vez,
deseoso de vos sí que estoy.

Eso sí,
si te pruebo y me gustas,
te daré todo aquello que necesites;
dolor, para sentirte más viva,
fracaso, para que desees levantarte,
llanto, para que sientas tu piel,
furia, para que desees surgir,
frío, para que aprendas a construir
y sobre todo,
pánico,
para que comprendas a todo aquel que viene a mi.

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