Animal

Existe una cortina de humo 

entre lo que la gente cree sobre mi

y lo que yo creo sobre mi,

existe, no dejará de existir, lo asumo.

No desaparecerá porque yo lo elija

es cuestión de decreto,

porque así tiene que funcionar, aunque no soy hija

de quienes no deciden sobre mi cuerpo.

Quienes no saben sobre mi 

no tienen porque saberlo 

no tienen que marcar con x o fingir 

que les interesa, no es necesario procesarlo.

Porque mi cuerpo es mío,

porque el decreto es social,

porque la gente es un río

que no entiende lo personal.

Y perfectamente bien está, 

¿qué sería de mi, sin las opiniones de puta?

¿qué sería de mi sin las razones triviales? Nada.

No sería quien soy porque no tendría que golpear.

La razón de ser quien hoy soy,

es ser quien ayer no me vistió y creyó que no

podría ser más de lo que fue y odió,

que nunca se aceptó tal cual por miedo.

Hoy soy quien quiero ser,

tengo mi sexualidad presente en cada rama de mi existencia

mi corteza, que me han tocado, rayado y cortado;

no dice si lo permití o no, no dice que estuve de acuerdo.

Y como mi ser no dice absolutamente nada de mi

¿cómo los demás se forman su opinión?

Así entonces la formo yo,

¿Animal soy? Animal seré. 

Animal dispuesto a amarse y amar, 

a correr violentamente libre.

Animal que puede traicionar,

animal sin saber que es animal

animal con cultura,

animal con voluntad.