Rebelde



Despertaba. Era el humo de nuevo en su cara, molesto como siempre, indeseable completamente, proveniente de él, quien definitivamente no respetaba su intolerancia al cigarrillo.
Entonces se levantó de la cama. Tomó su chaqueta de cuero y pisó la de él, dejándolo indiferente y a la vez atónito con su acción. Nunca la esperó.
Ella sólo decidió marcharse, irse de una vez de donde no quería pertenecer.
Caminó, segura de sí misma, para sí misma y libre, con ella misma.
Su camino continúa.
Su dirección es única.
Se acerca a un nuevo destino, un lugar público, buscando distracción… pero no, algo inmediatamente requiere su atención. Una tabla, una patineta se acerca a sus pies.
Definitivamente interfirió en su tránsito.  Decide entonces tomar la tabla, levantándola antes con su pie en dirección a su mano, justo para devolverla, nota que le pertenece a un tipo interesante, hay un intercambio pícaro de miradas, un momento sensual definitivamente. Y justo cuando se decide a establecer un acercamiento y devolverle su medio de transporte, la nota a ella, quien se encuentra a disposición de lo que ella desee hacer.
La toma con la mirada y la besa. Siempre con la tabla en sus manos, decide acabar con el beso, que fue eterno pero sutil.
Instantáneamente colocó el dispositivo en el piso y se marchó.

Despertaba. Era el humo de nuevo en su cara, molesto como siempre, indeseable completamente, proveniente de él, quien definitivamente no respetaba su intolerancia al cigarrillo.
Con la patineta al fondo y un perfume dispuesto a ser usado; su sonrisa y una puerta abierta demostraron un nuevo rumbo.

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