Mariposa Azul Mormón

Es inevitable sentirme solo.
Decir que es un sentimiento ardiente,
el que se siente,
es poco.

No es nuevo, nunca lo ha sido
siempre viene acompañado
de un inexplicable frío.

Esta noche no puede se la excepción
¡Me niego!
La fidelidad se ha vuelto un pasaje eterno,
que cuando no llega se convierte en un vacío,
inexplicable, atrevido.
¡Me niego a abandonar la soledad!

Pero alto, ¿es usted una mariposa no es así?
¿Azul Mormón?

Usted no puede estar aquí.

No se lo permito,
no mientras posea alas que los ángeles envidian,
olores por los que las flores matan,
belleza digna de una religión.

Su delicadeza no puede estar presente,
no aquí dónde la soledad abunda
y la infidelidad a la razón no conoce,
no tiene derecho a venir a distraerme con tales
monumentos de perfección.

Le pido por favor se retire,
antes de enamorarme más de su plenitud,
es un proceso lleno de aciago,
aún así lleno de inexplicables momentos contrarios,
donde el rumbo no se define
y la soledad es pasajera en un viaje interminable.

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